DESCUBRIMIENTO DEL PURO











TRIPA CORTA




Elaborados con tabaco de mesa seleccionado de nuestros Puros Premium. Éstos puros te ofrecen un balance perfecto entre calidad y precio, proporcionando una experiencia de fumada rica y satisfactoria. Nuestros puros son el resultado de la tradición y la artesanía, asegurando que cada uno entregue el sabor y la calidad que nuestros clientes merecen.
Estos puros se encuentran ya cortados en la cabeza con una herramienta de sacabocado para que no necesites nada más que tu encendedor para empezar a disfrutarlos.
Vitola: Robusto
Ring: 50
Pulgadas: 5.0
Confección: Hecho a mano
Tripa: Corta tabaco de Mesa
Capote: Negro, San Andrés
Capa: Sumatra
Fermentación: Mínimo 18 meses
Fortaleza: Suave
Presentación: Mazos de 25 Puros
Cristóbal Colón, en su viaje hacia el Oeste, sabía que iba al encuentro de tierras desconocidas. No tenía la menor duda de que allí encontraría rarezas sorprendentes. El puro fue la primera de ellas. El 4 de noviembre de 1492. Rodrigo de Jerez y Luis de Torres desembarcaron en Cuba, enviados por el Almirante Colón, convirtiéndose en los primeros blancos en pisar el nuevo paraíso. A si regreso a bordo, el Almirante escribió:
“Los enviados han encontrado un gran número de indios, hombres y mujeres, que sostenían un pequeño tizón encendido en la mano para prender fuego a unas hierbas, con las cuales se ahumaban según su costumbre”.
Descubrimiento del tabaco
Colón observó que los nativos americanos fumaban tabaco en ceremonias religiosas y festivales.
En algunas culturas, fumar tabaco era una forma de conectarse con los ancestros o los dioses.
Los jefes tribales fumaban tabaco en pipas en ocasiones especiales, como cuando firmaban tratados de paz.
El tabaco también era un remedio popular, a menudo combinado con otras hierbas.
Los navegantes y colonos europeos adoptaron la tradición de fumar tabaco.


Colón en su bitácora el 6 de noviembre de 1492.
Se puede seguir discutiendo si el descubrimiento de América fue afortunado o desafortunado, pero el descubrimiento del puro fue uno de los acontecimientos más felices de nuestra historia y, por si mismo, justifica el descubrimiento del continente.
El establecimiento de este vínculo entre el Viejo e el Nuevo Mundo sería capaz de borrarlo todo: la impudicia de la conquista, los excesos de los conquistadores, las debilidades de los conquistados. Si bien el don del puro, para algunos mucho más precioso que el oro de los aztecas y de los incas, no hacía imperdonables, ingratitud sin igual, las agresiones de Europa contra América, incluidas las involuntarias